jueves, 25 de agosto de 2011

REFLEXIONEMOS SOBRE LA LIBERTAD 2ª PARTE



 

Autor: Salvador Casadevall

Los hombres de hoy, nos nutrimos de todo lo aprendido por lo que vivieron antes. Por lo que otros aprendieron antes.

Si yo me dejo llevar por mis instintos, estoy retrocediendo en el tiempo al nivel animal.

No estoy aprovechando lo vivido enteramente por otros.

No estoy aprovechando en mi beneficio las experiencias vividas por otros.

La libertad es una facultad para que el hombre sea más hombre.

Para que el hombre sea menos esclavo y más libre.

La libertad es todo aquello que me hace crecer, que hago crecer.

Es la facultad para hacer el bien. Único camino para crecer y hacer crecer

La libertad le fue dada al hombre por Dios, no para hacer lo que quiere, sino para hacer lo que debe. Y el que hace lo que debe, siempre hace bien, enseña el bien, vive el bien.

Para ejercer plenamente la libertad necesitamos de la ley, que es el gran pedagogo para conducirnos. El hombre necesita de la conducción de la ley.

El hombre de hoy, frecuentemente, no tiene a la ley como conductora de sus actos.

Reconozcamos que somos pequeños, que necesitamos ir tomados de la mano del gran conductor, que para los cristianos hace centenares de años le fue dada a Moisés, unas tablas de la ley, que por sencillas y simples, son fáciles de entender, no tan fáciles de cumplir.

Pero que, quien las toma como conducción de vida, ese sí, es un hombre libre.

Ser libre no es hacer lo que quieras sin pensar: sino pensando por qué quieres hacerlo (Rosal Cortés)

La libertad supone responsabilidad. Ser libre es algo muy serio.

Ser responsable es ser capaz de dar siempre la respuesta adecuada a cada circunstancia, la respuesta correcta para que la vida siga discurriendo como debe.

Muchos creen que son libres porque hacen lo que quieren, y esto es vivir creyendo una gran equivocación que no sólo les daña a ellos mismos, sino que hace daño a la sociedad toda.

En rigor a la verdad, somos verdaderamente libres si hacemos lo que debemos, no lo que queremos.

Vienen a nuestra memoria unas lúcidas palabras del Premio Nobel doctor Heisemberg: "La libertad de volar consiste en el conocimiento de las leyes de la aerodinámica. De igual modo, la libertad en las decisiones de la vida sólo es posible por la adhesión a normas éticas, y quien pretenda despreciarlas, como si fuesen una coacción, pondría sólo desenfreno en lugar de libertad".

Nos atreveríamos a decir, por nuestra parte, que la verdadera libertad consiste de modo radical en asumir conscientemente el propio ser, tal como se nos es dado.

Consiste sencillamente en amarlo; es entonces cuando la ley natural (es expresión de la dignidad y del valor de la persona humana, que se manifiesta tal cual es a través de ella) se asume espontáneamente, sin violencias, con libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario