sábado, 17 de diciembre de 2011

EUROPA Y ESPAÑA EN PAZ



¡MEMENTO! 

No me cansaré jamás de repetir lo que creo que debería ser un elemento asumido por todos a pesar de simpatías o antipatías. He leído miles de artículos sobre el caso Urdangarín, y estas cosas me producen inquietud no por lo que se dice ciertamente tremendo, sino por lo que deja entrever.

Hay un pasaje en la Escritura que es una realidad ahora y siempre. He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones. (Eclesiastés 7:29) Si aceptamos lo que dice la Escritura, y hasta ahora nada ha podido ser refutado con argumento serio, entenderemos que todos los hombres somos ciertamente corruptos.

Ante situaciones similares, actuaríamos igual, y tal vez peor que estos corruptos. Otra cosa es el precio, y hay muchos cínicos (y los cínicos, suelen ser amigos de la realidad) que dicen que todo hombre tiene un precio. Si este hombre, tentado por la facilidad y la impunidad de su corrupción cae, es de lo más corriente.

La puerca pasta, a todos corrompe. Ni rey ni sota, ni oros, ni bastos se le resisten. Quevedo habló de “Poderoso Caballero es Don Dinero”. Posiblemente Urdangarín sea debidamente juzgado, y ya ha sufrido su fama bastante deterioro. Solo esto, para una persona relevante y de una situación social como la suya, ya es suficiente ignominia y baldón. Siento pena por él y por su familia. No quisiera pensar que a mí me pasara con mis jóvenes.

Yo quiero en este modesto escrito reasaltar la figura del Rey que ha traído años de paz en una nación en donde cada uno se cree en condiciones de gobernar, lo cual no es tan malo como pretender imponerlo por la fuerza, o por medio de otras violencias tan repugnantes como la intimidación y otras.

Y quiero ser justo, porque cuando escribí sobre la cohesión de Europa (con sus problemas y todo), y ahora sobre el estado en que España se encuentra, cualquier alma desprejuiciada verá claramente que tenemos paz, y que podemos dedicarnos a criar a nuestros hijos. Con más o menos dificultades vamos saliendo adelante.

Se va a realizar el traspaso de poderes en paz y con sosiego, con las naturales rivalidades y tantas irregularidades como se cometen. Es deseable que las cosas se hagan de mejor forma porque se puede y se sabe como hacerlo. Aun así, es mejor esto que una nueva guerra.

De momento, los votos son los que han de validar la idoneidad de cada candidato a gobernar, y se puede ser más austero y claro en la gestión. Si los ciudadanos emplean su voto más racionalmente, y la cultura y la formación cívica mejora, se podría hacer. Soy muy escéptico sobre la posibilidad de regenerar a las gentes, pero aun así y todo vivimos en paz.

  Por mi parte entiendo claramente que una democracia como la alemana,  la francesa, inglesa, etc. no es posible en España con gran pesar de mi corazón, ya que no hay ciudadanía para poder sostenerla. Y si se cuestiona la unidad de España ya tenemos el acabado perfecto, para ser semejantes a las “democracias llamadas bananeras”.

Podemos desear muchas cosas, pero podemos conseguir muy pocas en estas condiciones mencionadas muy someramente. Donde hay un pueblo unido, con orgullo de ser patriota en el buen sentido, no le pueden engañar los gobernantes, porque un escándalo solo de los cientos que se han producido en España, envía al gobernante de turno al ostracismo, si no a peores consecuencias. Aquí, ya vemos lo que tenemos.

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