martes, 28 de febrero de 2012

IZQUIERDAS Y DERECHAS, ETC.


Izquierda no hay, ni en España ni en otro país del mundo. Si se basa en el pensamiento de los pobres, o de los miserables en bienes tanto físicos como intelectuales y morales ya no hay izquierda política

Habrá "lumpen", que solo desea la anarquía centrifuga o la violencia, con más o menos razón, (poco pueden perder) que no es cuestión de este escrito. Estos tienen una idea muy atrasada de lo que es la izquierda. Si  la idea es de los "ricos", la izquierda es abominación, porque se opone a su cómodo status.

El antiguo proletariado, que se basaba en tener muchos hijos que ayudaran y que ampararan en la vejez, es ya inoperante. Los hijos parten hacia sus destinos y sus familias propias y por tanto, lo de proletario ya carece de vigor.

Y eso sin contar que las familias, tal como la concibe la pseudo izquierda, ya no existe y para ellos es algo anticuado e inoperante, aunque ellos en su caso, dicen que la familia es antes que todo.

Con algaradas y con cuentos de vieja, que conforme se avanza en conocimientos de la sociedad se revelan inadecuados y letales para el bienestar de los ciudadanos, no se hace nada más que retrasar el progreso a que aspira la humanidad.

Esas bobadas sirven a unos pocos, que entran en la Izquierda para prosperar ellos, y destruir lo que queda de la economía. Tanta falta hacen los "ricos" como los demás. La iniciativa y la inventiva libre hacen el progreso verdadero, para que la ciencia sirva al pueblo, y no a "fachosos" de Izquierda y Derecha, que son "buitres" del Estado y del Pueblo.

La Izquierda no tiene la culpa de nada según ellos, porque Izquierda no hay; solo parodias de ella. Yo quiero creer que la Izquierda de verdad es algo bien concertado y dirigido por gente, de verdad de izquierdas, y no advenedizos que en ella buscan tener los mismos o más privilegios que los de derechas.

Una Derecha y una Izquierda, necesitan de personas preparadas, y un PUEBLO que sepa lo que vota; y que con ese voto sepa castigar a los que los hacen mal, y premie al que consigue su bienestar, y su paz. No incendiarios amenazantes, que solo traen dictaduras  sean estas de derechas o de izquierdas. Y concertarse entre ellos en bien del PUEBLO.

Con los planes de “educación” y otras boutades, solo se consigue un "populacho" mal educado que cuando se enfada por lo mal que lo hacen los que ellos han elegido, incendia lo que se le pone por delante para satisfacer su rencor y su frustración. Y que hace el ridículo entre las naciones civilizadas.

Con pueblo instruido y no con “plebe”, sí se puede y se debe ser de izquierdas. Controlar los excesos o abusos que la iniciativa y la inventiva libre traigan, para bien de el tal pueblo; y que este, avance en riqueza y bienestar. ¡Tantas cosas hay que decir!

Y como colofón a este escrito, digo con toda convicción, que no es la libertad lo que nos traerá la verdad, sino que la verdad nos traerá la libertad. Contemplen los enganchados a vicios de toda laya, y coincidirán conmigo…si quieren. 
Han elegido “libremente”, los caminos que les han hecho desgraciados, en medio de los auspicios más favorables para su éxito y felicidad. Y han muerto solos y desesperados, como vemos en artistas de fama y otros “triunfadores”. Se habla mucho de que el matrimonio es algo banal y hasta pernicioso, pero se admira (y envidia) a los matrimonios que duran cincuenta años, o más, de amor y de sana convivencia.

martes, 14 de febrero de 2012

SOCIALISMO Y LIBERTAD



 
Desde siempre se ha dicho que el socialismo es libertad, algo que en mis años más juveniles me arrastraba, porque no había pasado por la prueba de ser gobernado por socialistas. Y digo socialistas por llamarles algo, porque de socialistas y de libertades no he podido comprobar nada parecido. Me quedo con mi cristianismo, con todas sus luces y sombras. Y pido disculpas a los que con honradez aplauden al socialismo.

Yo soñaba con un socialismo que fuera rebelde a los abusos, y que fuera paladín de todas las libertades y la igualdad de todos los ciudadanos en todo menos, claro está, en que Juan quiera a Pepita y Pepita a Manolo. No le gustará a Juan, pero eso es lo que hay. Esto sin duda es libertad, y que cada cual se moviera el corto tiempo de su vida en parecidos parámetros. Trabajar y hacer el bien.

Y ahora veo, que el socialismo que se quiere implantar es opositor a cualquier querencia de las gentes, y que quiere adoctrinar en una forma de vida que agradará a algunos, pero que repugna a muchos. Los episodios del Valle de los caídos, la continua hostilidad contra la Iglesia y la cristiandad en general, me han hecho absolutamente escéptico, y desencantado de mis más juveniles entusiasmos.

La denuncia de los concordatos con la Iglesia, y el desprecio por lo que forma parte del acervo cultural de los españoles por inmensa mayoría, me ha disuadido de creer en un socialismo amable, competente, y defensor contra todo interés, del interés de los trabajadores y de la prosperidad de la nación.

Las vergonzosas manifestaciones contra toda ley y contra toda razón, la amenaza permanente de actos contrarios a la ley si las cosas no van como ellos quieren, me hacen ser más que renuente a cualquier tipo de colectivismo que, según mi experiencia, ha fracasado rotundamente.

Marx, ignorando la perversidad del alma humana, erró en todo su diagnóstico, y China ya vemos como se ha convertido en una dictadura que explota a sus gentes mucho más que pueda hacerlo el capitalismo más salvaje.

La ignorancia de la naturaleza humana y la perversión de espíritus, almas y cuerpos, hace que las utopías regenerados o más bien revolucionarias me hagan preguntarme ¡Para qué? ¿Para tener a todos enjaulados, y separados del saber de los demás habitantes del planeta?

¿Para que el ciudadano se sienta continuamente amenazado, y presionado, con una nueva inquisición con apariencia ovejuna, y con garras férreas de tigre? ¿Para reinar sobre las conciencias de todo el que se oponga, y también por su desgracia por los que lo apoyan?

¿Para ejercer un tejemaneje de politiqueo, y no ocuparse para nada de la libertad y la prosperidad de los pueblos que gobiernan? El más astuto es el que se impone sobre los demás con su corte de “amigos”. No me vale.

Y no me vale el socialismo tal como lo han experimentado o sufrido otras naciones, oprimidas por muchos decenios, y terminando derrumbadas por causa de la enfermedad básica de esas ideas: su inviabilidad total.

Para mí, no valen ni derechas, ni izquierdas, ni centro, etc. Para mí, vale la eficacia en proveer de libertades, prosperidad y unión de todos, en pro de la grandeza de la nación. O sea, patriotismo. Del apellido que se le quiera dar.

miércoles, 8 de febrero de 2012

ESPAÑA EN PELIGRO



                 
Veo en todas las cadenas de televisión y en muchos periódicos, y observo que los militantes socialistas pretenden defender algo que es indefendible, porque los hechos son evidentes. España está arruinada. Salta a la vista por torpe que uno sea. A mí me afecta, como afecta a todos, y eso ya es sabido también por todos.

Los que tienen que cerrar negocios que daban prosperidad a la nación, están aterrorizados porque no saben por donde echarse, con los créditos casi cerrados, y nadie se atreve a montar un negocio. Y es obvio que, habrá que hacer sacrificios para restaurar la posición de España, política y económicamente.

Entre la imposición de un modelo social y los nacionalismos disgregadores, se han cargado la economía, la moral, y el ánimo de los españoles, de tal manera que no encuentro a casi nadie que crea en la política, cuando realmente lo que sienten es que no creen en los políticos.

Es natural, que los reos se defiendan proclamando que son inocentes, y que se eche la culpa a otros que es el deporte mundial entre toda clase de personas y entidades. Observo con sonrojo, como se trata de defender tantos actos negativos y degradantes.

La televisión y la internet, son grandes plagas de nuestro siglo,y los chicos están enganchados y viendo porquerías. Como lo tienen a su alcance, con la edad y las hormonas hirviendo, esto termina en desastre. No quieren libros. Tengo un amigo joven, al que su padre no puede hacerle leer -El Lazarillo de Tormes-.

La corriente general, es la de que sin hacer esfuerzo se puede medrar, y si en una nación se pierden los valores del trabajo, del respeto, de la familia (que en España aun funciona) y de la legítima ambición de prosperar y hacer prosperar a los demás, todo está perdido. Nos espera el destino de los ilotas.

La estupidez crece, (la mía también sin duda) y vemos como las gentes no solo ignoran a Dios, sino que lo desafían abiertamente. Hace años, una blasfemia era algo punible, pero se reconocía que había Dios, y que la irritación y la ligereza en el hablar producían estas cosas. Había menos medios de cultura. Ahora más culturización, pero extrañamente menos cultura.

Ahora blasfeman abiertamente, cosa que no solo es bárbara y fea, sino que se hace con plena conciencia, aunque también con plena ignorancia. El respeto a los clérigos (se crea a no) ya casi no existe, y si bien pienso que no se debe pecar de “reverenditis”, tampoco se debe ignorar la labor que realizan muchas veces con heroísmo ignorado por todos.  

viernes, 3 de febrero de 2012

DESIERTO INTELECTUAL

 

Hay días en los que (para mí) es mejor no leer los periódicos. No es solo porque las noticias vienen siendo en los últimos años malas cuando no desastrosas, sino porque los personajes que aparecen y las tan contrapuestas opiniones nos confunden, y si no está bien instruido el que lee es muchísimo peor, pues es vulnerable al adoctrinamiento.

Mi problema, y creo que el de muchos por lo que oigo o leo, es que es origen de malos sentimientos contra personajes, más que de situaciones que se presentan en la prensa diaria. Y confieso que me cuesta mirar las fotos de ciertos periodistas, a los que tengo especial rechazo porque lo que dicen, visto desde cualquier punto de vista, es maligno y mentiroso.

Esto me llena de sentimientos de desprecio y de aborrecimiento, cosa que no me puedo permitir, si soy coherente con mi vocación y mis ideas. Y más aun, si esto me hace tomar partido, solo porque lo opuesto a lo que creo me es servido de una manera tan maliciosa y mentirosa. Hoy mismo me he obligado a mirar la foto de uno a que aborrezco particularmente.

La literatura clásica ha sido desechada por las gentes, y solo se venden bien los libros que se refieren a política o a personajes destacados por la causa que sea, mala o buena. Sé que no solo existe el blanco y el negro, por lo que concedo que las perspectivas no pueden ser iguales, pero la mentira descarada me indigna.

Los jóvenes, entre la tele y los institutos poseen una cultura, que ya no llega ni a la cultura de “Selecciones” que existía en mis tiempos juveniles. Aquella era una culturita cortita y casi banal, pero era alguna clase de cultura.

Ahora, el desierto intelectual en que nos ha sumergido la televisión y los cacharritos modernos, hacen que un joven prefiera, como es natural a su edad, un programa de televisión que le agrade, a un libro al que detestan. Y así, el desierto mental se agranda y me hace pensar que en el futuro, todas estas generaciones venideras serán presa de algún Gran Hermano que los movilice a su favor con la mayor facilidad.