domingo, 7 de octubre de 2012

EN CATALUÑA HABRÁ FOLLÓN


El periodista de ABC, Mikel Buesa, escribe sobre el problema de Cataluña comparándola con la secesión de Eslovenia. En su artículo desarrolla todo un entramado de sucesos que ocurrieron en Eslovenia, y despliega una serie de consideraciones que yo veo muy acertadas en teoría, y poco factibles en la práctica.

Pondera el territorio de cada región, y establece una gran similitud entre los dos territorios, Cataluña y Eslovenia. No tiene en cuenta que el caso de Eslovenia, no es Cataluña, que es comunidad autónoma con todos los derechos, y que desafía la ley de la nación, para establecerse como nación independiente. Es España, desde siglos. No hay comparación.

Buesa valora los pocos muertos y heridos que hubo en el conflicto de Eslovenia. (Total, ná). Pueden preguntarles a los familiares de los muertos y heridos. Por otra parte hace un análisis de las fuerzas de que dispone cada una de las partes en conflicto, y poco más o menos las reputa iguales o casi.

En definitiva que ignora la capacidad de reclutamiento de cada parte, y desde luego lo peor es que se hagan estas consideraciones poniendo la guerra por delante, para dirimir las discrepancias entre el resto de España y la mitad de Cataluña.

Ninguna de las naciones que forman la UE, vería con agrado la secesión de una parte de alguna de ellas. Todas tienen regiones con aspiraciones independistas, y nadie tiene el deseo de que en sus territorios se anden con pujos independentistas o cosa parecida, imitando el ejemplo de Cataluña.

Una vez que se desatan las pasiones y hay un solo muerto, ya se disparan los odios, y los medios de comunicación egoístamente ya tienen su carnaza para vender periódicos o cadenas de TV y Radio. Mientras, la gente muere, se producen las molestias, y la barbarie de una guerra que nadie gana, porque todos seremos damnificados.

Hacer estas consideraciones sin tener en cuenta los horrores de una guerra, que no se sabe las repercusiones de toda laya que se pueden producir una vez desatado el conflicto, indica hasta que punto ha llegado la desidia de todos y la irresponsabilidad de una parte que quiere solo “salirse con la suya”.

Vivamos pues, una guerra, ya que los “responsables” la quieren; arruinemos el país, y hagamos de él un despojo de nación, o dos según marchen las cosas. Así pues, a esto hemos llegado y ya en otros escritos míos (modestos por su poca repercusión) he pronosticado estas cosas hasta que nos llevernos las manos a la cabeza y digamos: ¿Cómo hemos podido llegar a esto?

Pues hijos míos, de esta forma tan estúpida de sacar las cosas de quicio, y de manipular masas con el objeto de que secunden nuestras más delirantes imaginaciones de lo que serían las cosas, en el caso de que a los responsables de esto les salga bien el “milagro”. Muertos, arruinados, y destrozados, como dijo Heinrich Himmler el nazi. “La sangre es la moneda de la guerra” y se quedó tan pancho.

Se suicidó, y los otros jerarcas presuntuosos y sin escrúpulos fueron ahorcados o presos. Companys no lo pasó mejor. Quedarse con lo de otro, porque se ha nacido... o no, en un determinado lugar, no es motivo para intentar suministrarse a sí mismo lo que se quiere, pasando por encima de todo lo que se ponga por delante.  Habrá follón    

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