No y no; ya está bien. O se ponen las pilas los partidos o
conmigo que no cuenten. No se trata de que lleven esta u otra política. Ellos
saben, o deben saber lo que hay que hacer. Los de a pie no tenemos referencias
ni conocimientos para llevar una nación como es España. Por tanto, no me meto
en estas cosas que son opinables. El aborto y la corrupción tanto económica
como moral no entran en mis cálculos. Allá cada cual con su
conciencia (el que la tenga).
No pienso entrar, en votar al árbol en que me
van a ahorcar. Prefiero patalear y si puedo, escaparme. Como vivo aquí, y amo a
España con vehemencia, no voy a votar a nadie y que cada uno se las apañe. Sé
que no soy nadie, y que un voto más o menos no tiene importancia. La
solidaridad no existe, la compasión tampoco, y se enseña que todo lo que
descompone a la sociedad es bueno. Vicio y transgresión son aplaudidos, hasta
que llega la hora de la verdad.
La gente anda descompuesta, y ya ni los funcionarios ni
los bancarios ni los de cualquier entidad, tienen sus puestos asegurados,
cuando nadie era despedido (salvo mala conducta), de una industria o un negocio
como la banca.
Ciertamente les darán sus dineros (más o menos), pero podemos
figurarnos la cara del que llega a su casa, y le dice a su esposa que está
despedido. Cuando mire a sus hijos, no sabrá salir de una vergüenza que no
merece.
Hablamos de liberalismo, izquierda, derecha, comunismo,
socialismo más o menos ilusorio, pero nadie es capaz de controlar las acciones
de los que, por lo que sea, mandan en las vidas y hacienda de todos. Solo se
trata de hacer un decreto, y miles de familias se van a la porra, o les
condicionan a sus hijos. La masa manda, es cierto; yo no pienso ser masa.
Así que no me vengan con los “indignados”, que da la
casualidad de que se indignan ahora. A otro perro con ese hueso.
Solo un hombre
de ideas humanitarias, que respete con equidad las inclinaciones y costumbres
de cada uno (sin que esto produzca mal al Pueblo), podemos acoger y promover. Y
¿dónde está ese hombre?
Respeto absolutamente a las personas, y no nombraré a
nadie, porque todo el mundo está enterado de lo que estamos pasando, pero esto
no puede seguir así.
Si hay gente que dice que todo siga igual, con su pan se
lo coma. No cuenten conmigo. Repito, no cuenten conmigo, porque no me trago las
ruedas de molino.
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